DANZA BUTOH
Hace poco más de treinta años Japón daba a luz una nueva concepción de la danza contemporánea. Una estética de vanguardia que nacía en un territorio impreciso entre Oriente y Occidente, entre la materia y el alma, entre el mundo del sueño y el ensueño: el Butoh o danza de las tinieblas. Esta corriente artística que crearon e impulsaron los maestros japoneses Tatsumi Hijikata y Kazuo Ohno en la década del sesenta busca romper con modelos establecidos o estereotipos, con una poética que se caracteriza por ser portadora de una profunda filosofía de vida, que pone por sobre todas las cosas la esencia del ser humano y su necesidad de expresión. Si bien sus raíces se encuentran en las más antiguas tradiciones folklóricas japonesas (Teatro Kabuky - Teatro Noh) la Danza Butoh reconoce influencias de movimientos europeos de la posguerra, como el dadaísmo y el surrealismo, pero especialmente del expresionismo alemán.El Butoh traspasa la voluntad de la razón para entrar en el arte del mundo mágico. El Butoh no adopta como método de expresión artística el cubrir el cuerpo con la forma. El cuerpo es de por si forma; captar la forma, haciendo brillar tal como es la fuerza de la vida, su belleza y fealdad, es la base del Butoh. Etimológicamente el termino viene de "BU" (enterrarse con los pies) y "TOH" (para poder volar con los brazos). Esta idea aporta a Occidente una perspectiva diferente, un punto de vista "donde los pies y las manos se puedan juntar, pero por dentro, no por fuera. Es ir a favor de la gravedad yendo al mismo tiempo ir en contra. La idea es romper con la "belleza", con la idea del "yo". Es el anti "yo", el anti "show". Los temas que abarca el Butoh son infinitos. Los modos de encararlos también, ofrecen una variedad caleidoscópica. Las memorias de la infancia, la fertilidad de la tierra, figuras de salvajes primitivos, de dioses o de monjes budistas, cadáveres en movimiento, antiguas estrellas de cine o bailarines flamencos, constituyen algunas de las expresiones que el Butoh puede llegar a concretar, siempre manejando con extremo rigor la estética de lo inesperado. El Butoh es una vanguardia que crea, con imágenes de pesadilla, una danza donde los movimientos se eternizan en estampa y los contenidos alcanzan la densidad expresiva de verdaderas esculturas cinéticas.