Siempre me han gustado. Su luminosidad es un grito de belleza.
Difíciles de cultivar. Ellas nacen donde quieren estar. Son un
verdadero símbolo de la libertad. Vivir al Sol, casi siempre en
terrenos muy áridos, no lo logra cualquiera. Por ser tóxicas,
los animales no las depredan. Esta fotografía fue tomada,
una tarde de Verano, en San Alfonso, Cajón del Maipo.
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