Hace casi 30 años cuando llegué a la que hoy es mi casa, en un rincón del patio había tres pequeños cactus. Para protegerlos, los puse en la ventana de mi habitación. El Viernes pasado, en la mañana, uno de estos comenzó con una pequeña erupción, que fue creciendo a una velocidad impresionante ( Considerando que en tres décadas han crecido unos pocos milímetros): Era una flor que en la noche ya comenzaba a abrir sus pétalos. Al amanecer del Sábado ya era una maravillosa muestra de la creatividad divina. Me sentía fascinado por este inesperado milagro. Coloqué la planta mas cerca de la luz, para fotografiarla y, el tamaño y peso de la flor casi volcaba el pequeño macetero. Anoche, comenzó a marchitarse. Hoy en la mañana era como un papel arrugado. ¿Deberé esperar otros 30 años para volver a vivir la comunión que viví con mi cactus? Estuve todo el día admirando y agradeciendo el poder haber vivido esta sagrada experiencia. Expongo un par de fotografías para compartirlas con ustedes:
2 comments:
Bueno, la maravilla Divina, se creó para ti, o sea un hermoso y delicado regalo real, tuvieron que pasar 30 anos, y el cactus te ensenó y agradeció, por haberlo acogido, tu recogiste su cuerpo espinado, tal vez agesivo o triste,pero te entregó su corazón,, que casi vuelca el macetero y fue sólo para ti, su protector, que le entrega su alimento vital.
Hola sr Aliaga,buscando por Internet el nombre de mi cactus me he encontrado con la foto de su flor.
Tengo una divinidad de cactus como el suyo pero mas grande, son 8 cactus juntos en la misma maceta, hace 3 años tuvo una flor maravillosa como la suya, y eureka el año pasado tuvo 2 bellas flores, espero con anhelo este año a que florezca, pues creo que serán mas todavía, espero tenga la misma suerte que yo y pueda disfrutar de la belleza de estas flores una vez mas, un saludo.
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