Tarde de playa en El Quisco. Marzo 1999. El verano toca a su fin. La música de un organillo se mezcla con el sonido del mar, de las radios, vendedores ambulantes y los gritos alborozados de los niños. La mujer con sus coloridos remolinos, pelotitas de papel y las ruidosas chicharras, está presta a vocear su mercadería en cuanto termine la música. ¿Donde seguirán sus días en los meses de lluvia?
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