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Foto EFE / Alessandro Di Meo |
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Ciudad del Vaticano.- La imagen del rayo que cayó sobre la cúpula
de la basílica de San Pedro del Vaticano horas después de que el Papa
Benedicto XVI anunciara su renuncia al Pontificado ha dado la vuelta al
mundo, convirtiéndose en una de las fotografías más publicadas hoy por
la prensa.
La captura, obra del fotógrafo Alessandro di Meo, ha dado lugar
además a todo tipo de especulaciones y comentarios en las redes
sociales, donde algunos usuarios han aludido a la posibilidad de que el
rayo sea fruto de algún tipo de designio divino, tras la primera
renuncia de un jefe de la Iglesia católica ocurrida en los últimos
siglos.
En la fotografía se puede ver perfectamente cómo el rayo, que
ilumina el cielo nublado y ya oscuro de noche cerrada en Roma, cae sobre
la punta de la cúpula de la basílica vaticana, una extraña y curiosa
coincidencia que contó con el importante acierto del fotógrafo a la hora
de capturar el momento.
Muchas son las circunstancias que han envuelto en el misterio a
esta fotografía y al fenómeno atmosférico que la protagoniza, lo que
puede contribuir a que quede incluida en los anales de un día ya
histórico para el pequeño Estado vaticano, cuyo jefe anunció ayer en
latín que dejará el cargo el próximo 28 de febrero.
Esta imagen se produjo sólo horas después del anuncio hecho por
Benedicto XVI poco antes del mediodía en un consistorio con cardenales
en el Vaticano y de que el propio decano del colegio cardenalicio,
Angelo Sodano, hiciera pública la primera reacción oficial en la Iglesia
católica tras conocer la noticia.
"Ha sido como un rayo caído a cielo abierto,” dijo Sodano, el
primero en confirmar con estas palabras un anuncio que muchos no podían
creer al principio, ya no solo por lo poco común, sino también por las
dificultades de comprensión por el hecho de que fuera pronunciado por el
papa en una lengua muerta como es el latín.
Lo cierto es que después de una mañana ayer algo nublada y con
lluvias intermitentes sobre Roma, el cielo terminó de cerrarse por la
tarde, para dar paso a una tormenta (de dimensiones que algunos
calificaron como “casi bíblicas") que, con fuerte aparato eléctrico y
truenos, arreció sobre la capital italiana y el vecino Estado del
Vaticano durante unas horas.
Fruto de ello, la captura de Di Meo que pasará ya a la historia
como una de las imágenes más significativas y misteriosas -si no la que
más- del día en el que el Papa alemán anunció su renuncia a la jefatura
de la Iglesia católica al faltarle las fuerzas.
EFE