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Richard Drew. Fotógrafo. AP. |
El martes 11 de septiembre de 2001, el fotógrafo de Associated Press Richard Drew salió de la parada de metro de Chambers Street y se encontró frente a las Torres gemelas
del World Trade Center envueltas en llamas.
Sacó su cámara y comenzó a
fotografiar todo cuanto pudo.
Estaba acostumbrado a tomar instantáneas
en todo tipo de conflictos, pero aquello le estaba superando; no
obstante, continuó apretando el disparador.
Se centró en la parte más alta de los edificios para
inmortalizar todo cuanto allí ocurría. Le llamó la atención ver cómo
algunas personas se asomaban a las ventanas y, al verse impotentes,
saltaban al vacio.
Siguió disparando cuando, a las 9:41 horas, fijó su objetivo en la Torre Norte y tomó una de las fotografías más representativas de los atentados.
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The falling man. Por Richard Drew. AP |
En ella, se ve a un hombre caer desde gran altura, boca abajo y con la
torre de fondo, una instantánea que causó escalofríos por todo el mundo
cuando millones de personas la encontraron en la portada de casi todos
los diarios.
La diapositiva fue protagonista de un gran debate político, ciudadano y periodístico, en el que se discutía sobre la necesidad o no de publicar este tipo de fotografías.
En este sentido, algunos medios prefirieron no volver a publicarla y
hacerse solo eco de aquellas tomas que mostrasen actos de heroísmo;
pensaban que el país había sufrido demasiado con el terrible atentado.
Hubo, evidentemente, otro sector de los medios de comunicación que
tomaron el camino opuesto y mostraron lo peor de aquel día, escudándose
en el derecho a la información mediante el cual los ciudadanos debían
ser testigos de lo que realmente ocurrió.
A pesar de toda la esta polémica, la fotografía, titulada "The falling man" (El hombre que cae) ganó el prestigioso World Press Photo del 2001.