Ahora se encuentra a tres minutos de la medianoche.
El comité de miembros del Boletín de Científicos Atómicos decidió
actualizar el Reloj del Apocalipsis (también Reloj
del Juicio Final) y lo adelantó 2 minutos.
Tres minutos para la medianoche es la hora que marca el reloj que indica
lo cerca que estamos de conocer alguna catástrofe de grandes magnitudes para la
humanidad.
Científicos que trabajaron directamente en el desarrollo de la bomba
atómica (Proyecto Manhattan) fueron quienes iniciaron el boletín en el año de
1947 donde se discutieron las amenazas relacionadas con este tipo de armamento
y se creó dicho reloj para indicar la cercanía de algún suceso con
consecuencias terribles para el destino de nuestro planeta.
Es ahora que los investigadores concluyen que el calentamiento
global junto con el desarrollo actual de armas nucleares
refieren una amenaza similar al periodo de la Guerra Fría:
En el
2015, el cambio climático sin control, modernización global de armas nucleares
y arsenales desmesurados de armas nucleares representan una amenaza
extraordinaria e innegable para la existencia continua de la humanidad, y los
líderes mundiales han fallado en actuar con la velocidad o en la escala
necesaria para proteger a los ciudadanos de una catástrofe potencial. Estas
fallas de liderazgo político ponen en peligro a cada persona en la Tierra [...]
Hoy en día, más de 25 años después del fin de la Guerra Fría , los miembros del
Consejo del Boletín de los Científicos Atómicos han visto de cerca la situación
mundial y la encuentran como una gran amenaza para la Humanidad, tan amenazante
que las manecillas del Reloj del Apocalipsis deben posicionarse otra vez a tres
minutos de la medianoche, dos minutos más cerca de una catástrofe que en el
2014.
El comité de científicos urge a los líderes de los países en el mundo a
discutir los temas relacionados con las amenazas ambientales y de armamento
nuclear para disminuir este riesgo latente.
¿Como salvarnos? |
Nuestra única opción sería que los adultos volviésemos a tener la inocencia de los niños... |