lunes, 2 de mayo de 2011

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Recuerdos de los mágicos tiempos de la fotografía analógica.


Reproduzco textualmente nota enviada por un amigo y condiscípulo de la carrera de Publicidad de la Universidad Técnica del Estado de Chile.U.T.E.:
BELLA ÉPOCA DE LA FOTOGRAFÍA BLANCO Y NEGRO
Amigo Ricardo:

Quisiera compartir y recordar aquella época (1972) en que los alumnos de Publicidad de la UTE comenzábamos a incursionar en fotografía con algunos conocimientos adquiridos en nuestras clases más la práctica fotográfica hecha en la Agfa-Gevaert con don Julio Astudillo Lindermayer.

Tomábamos algunas fotografías con una cámara muy básica, (hasta servía una marca AMIGA) y cuando llegábamos al último cuadro disponible en el rollo, lo rebobinábamos, luego en un cuarto oscuro o con la cámara tapada extraíamos el rollo de película para llevarlo a revelar.

Este proceso, el revelado se hacía en un cuarto totalmente oscuro y recuerdo que había que enrollar la película en un carrete y colocarlo dentro de un tambor metálico que contenía revelador de película, debía agitarse continuamente, luego se lavaba con agua y se ponía a secar tomado de un extremo con una pinza y verticalmente. Una vez secada, estaba apta para ser colocada en una ampliadora y proyectar la imágen al papel.

La verdad, era realmente emocionante cuando en un papel fotográfico agitado en una cubeta con líquido revelador y volteándolo con una pinza metálica empezaba a aparecer la imágen de la fotografía que uno mismo había tomado, luego la trasladábamos a otra cubeta que contenía líquido fijador, (el que cortaba la acción del revelador), posteriormente la lavábamos con agua, para luego colgarla para su secado.

La contemplábamos con mucho orgullo, eran nuestras propias fotografías, las mismas que antes de revelar nos llenaban de incertidumbre, si saldrían bien, o si estaban muy oscuras, o si se habrían velado, o si estaría bien el encuadre, etc.

También recuerdo cuando en nuestro hogar improvisábamos un básico laboratorio, en el baño, (y debía ser una vez que todos se iban a acostar). Cambiábamos la ampolleta normal por una de color rojo, que hacía las veces de filtro, colocábamos nuestra pequeñas cubetas y una ampliadora pequeña, normalmente comprada a personas que las fabricaban o las conseguíamos prestadas.

Nos quedábamos trabajando nuestras fotos hasta altas horas de la madrugada, todo era por este hobby maravilloso que nos tenía atrapados u obtener buena nota en algún folleto o diseño y porqué no también por quedar muy bien con alguna amiguita que aparecía en alguna de las fotos.

Felicitaciones por tu Blog:
Jaime López M.
Publicista.

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