El boom del cine y la publicidad de los últimos años inventó un nuevo profesional, el locacionista, que conoce en Santiago lugares para filmar y sabe las triquiñuelas para convencer a los dueños para dejar entrar las cámaras.Por Roberto Farías.LaHoraOnline.En el próximo comercial de La Polar, el actor Jorge Zabaleta salta de su silla alarmado. Desde su moderno loft ve una vecina de enfrente peleando con un desconocido. El plano se abre y el improvisado héroe corre escaleras abajo; cruza una calle de adoquines, patea la puerta de un edificio de los años 50 y despierta a una anciana en un living neoclásico. Finalmente, llega jadeando hasta la puerta de su vecina: pero ella abre sonriendo y le dice que sólo está boxeando con su Play Station 3. ¿Y dónde está el curioso barrio donde pasa todo eso? En cinco lugares distintos de Santiago. Un departamento high tech de Vitacura, un edificio de oficinas de Padre Hurtado, una casa afrancesada en Las Condes, un edificio en Santa María y un pasaje cercano a la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile.
Según fuentes de la industria, en Santiago se filman 20 a 25 comerciales mensuales y una docena de películas al año. Detrás de cada escena que no transcurre en un set hay un lugar, una casa, una vereda, una calle, un barrio. Y un personaje que consiguió todos esos lugares: el locacionista. Es el nuevo cazador urbano. Antes un oficio ejercido eventualmente por productores y comunicadores, hoy una profesión hecha y derecha, y hasta un negocio de varias empresas que mueven millones. El locacionista conoce los rincones de la ciudad al dedillo. Es un verdadero Google Earth de Santiago. Con un guión recorre las calles cámara en mano: donde el texto dice casa antigua, ya sabe dónde ir. Dispara fotos en distintos ángulos, toca el timbre y consigue el lugar con sus dueños. Lo mismo cuando el guión dice departamento. Oficina. Escaleras. Livings. Cocina. Basurales. Población. Iglesia. Plaza. Un verdadero cazador de planos para la cámara.
"Eso es el scouting, la exploración", dice Félix Hadad, un comunicador audiovisual (33) que por derivaciones de su rubro se especializó en locacionista hace una década y es de los más grandes en el rubro. "Se hace una búsqueda de lo que se requiere. Si el guión dice: la chica da un beso al galán en el pasto y la imagen se abre hacia un árbol de fondo. Bueno, yo tengo que saber ubicar ese árbol. Y no sólo el pasto y el árbol. Sino quién es el encargado de la plaza, cuánto cuesta el permiso en esa municipalidad, si dejan o no grabar en la semana, qué día, qué hora, si hay estacionamientos para los camiones del equipo, o pedir autorización a Carabineros para que no saquen partes o corten la calle, saber dónde hay baño cerca, etc, etc, etc.".
No basta con ubicar el lugar ideal para la película. Deben convencer a una docena de personas y firmar contratos con ellos. Y, finalmente, cuando ya seleccionaron el lugar, avisarles a los vecinos que el día señalado no podrán usar taladros o hacer fiestas, o que habrá ruidos de balas, persecuciones de autos y hasta manifestaciones políticas simuladas.
"Hace unos años, cuando se filmaba la mitad de lo que ahora, el locacionista era un productor audiovisual que hacía esa labor y luego otras". dice el director de la revista audiovisual On-Off, Francisco Basauri. "Pero la creciente demanda los ha hecho especializarse y hasta formar empresas dedicadas exclusivamente a ofrecer y conseguir locaciones".
Hay una decena: La casa films, Q entertainment, Florlocación y Chilemagic. En los países desarrollados hay empresas gigantes. En EEUU tienen hasta una revista: Location Magazine, en cuya portada de febrero salieron los palafitos de Chiloé. Sin embargo, la única empresa especializada en locaciones urbanas de Santiago es Mundolocaciones, que maneja un 40% de los avisos y películas que se filman en la capital. "Toda ciudad que se precie tiene su empresa de locaciones", dice Félix Hadad, dueño de Mundolocaciones. Su archivo fotográfico contiene 200 mil imágenes de Santiago desde todos los ángulos imaginables ordenadas de la A a la Z. Azoteas, alcantarillas, árboles, antenas, basurales, calles, callejones, clínicas, edificios, farmacias, iglesias, museos, parques, poblaciones, tribunales, túneles, selvas, verdulerías, zapaterías. Etc, etc.
"Antes, el scouting me tomaba una semana o dos", dice Félix. "Pero ahora, para ahorrar tiempo, como en todo, si lo hago en dos días y ojalá vía mail, es mejor". Hoy, Hadad llega a conseguir locaciones para 10 grabaciones en un mes. "Muchas publicidades de Brasil, Argentina y Colombia, además de las chilenas", señala. Tiene seis personas trabajando en scouting todos los días: cazando rincones nuevos y amarrando contratos.
También hay otra gama de locacionistas que ofrecen su talento como un chef sus recetas. Alejandro Oreste, Jorge Narváez, Hugo Ulloa y Carlos Bettini, entre los más conocidos. Juan Ayala pertenece a ese grupo. Ha hecho cerca de 200 grabaciones desde que se inició y sigue fiel al scouting personal. Sólo detecta una gran diferencia gracias al boom de este rubro. "Antes podía conseguir lugares gratis. Ahora, no money, no tony", dice Ayala emulando al Tony Caluga. "Donde pongas un trípode, tienes que pagar". La municipalidad más barata cobra 5 UTM ($ 200 mil) por "uso especial de la calzada", y las más caras hasta 15 UTM ($ 600 mil) cuando hay que cortar el tránsito o cerrar la calle. Una oficina o casa puede costar desde 250 mil hasta dos millones el día de grabación. Los sectores más solicitados son casas de Vitacura o Los Trapenses, oficinas de Titanium y restoranes de Borderío, como Aqua y Geraldine. Hace un tiempo estaba de moda Chicureo y Lo Barnechea. "Años atrás, el barrio Concha y Toro o París-Londres. Pero las modas en la ciudad son cíclicas. Vuelven", dice Ayala. Por eso, Santiago -coinciden los locacionistas- "ofrece una mezcla variada: arquitectura neoclásica, neogótica, racionalista de los años 50, calles con adoquines y tranvías a autopistas modernas, unos cuantos barrios high tech y unas cuantas mansiones ABC1". El negocio -calculan ellos- paga más de $ 2.000 millones en arriendo de locaciones y permisos al año. "Mucha gente ahora ha visto en las grabaciones en sus casas top y sus calles curiosas un ingreso extra", dice Félix Hadad, de Mundolocaciones, y su teléfono no para de sonar. Mientras el héroe Zabaleta no sabe si patear la puerta del edificio de Santa María o sólo empujarla.